Tuesday, March 16, 2010

Perseguidos

Perseguidos

Puede que suene increíble, pero se estima que entre 30 y 40 millones de cristianos murieron por su fe durante el siglo veinte—y el sufrimiento continúa.

Por ejemplo, días antes de yo escribir este artículo cuatro maestros cristianos fueron asesinados en Somalia, 46 creyentes fueron encarcelados en China por llevar a cabo una reunión religiosa “ilegal”, y un grupo de niños cristianos fueron atacados y golpeados por distribuir tratados bíblicos en la India (y esto es sólo parte de una larga lista). Sin duda la persecución de cristianos es real, muy real. ¿Qué podemos hacer al respecto? Podemos orar, dar y educar. Permíteme explicarme.

Orar- Piensa en esto: Aun mientras que lees este artículo, un incontable número de cristianos se encuentran presos por su fe, mientras que millones más viven con un miedo constante de terminar igual. Lamentablemente, tú y yo no podemos visitar a un prisionero en Somalia, por ejemplo, ni tampoco podemos cambiar las leyes religiosas en China o en Arabia Saudita—pero podemos orar.

Podemos orar para que el Señor le de fortaleza a los creyentes que sufren persecución. Podemos pedirle que les ayude a mantenerse fiel, a amar a sus perseguidores, y a testificar de Cristo a pesar de su situación. Y también deberíamos orar por su liberación. ¿Acaso no fueron las oraciones de la Iglesia las que sacaron a Pedro de la cárcel en el siglo primero (Hechos 12:6-19)?

Dar- Además de orar, también podemos ayudar financieramente a organizaciones que trabajan a favor de la iglesia perseguida. Ministerios como la Voz de los Mártires (www.persecucion.org), La Liga Bíblica (www.ligabiblica.org), y Open Doors (www.opendoorsusa.org), están al servicio de la iglesia perseguida. Ellos ayudan económicamente a familias de pastores y líderes que han sido encarcelados o asesinados. Ellos “contrabandean” Biblias dentro de países cerrados; construyen cisternas para cristianos que viven en lugares en los que se les niega acceso a las cisternas comunes; proveen discipulado y entrenamiento para los creyentes, y también se encargan de hacer público el sufrimiento que millones de cristianos enfrentan, ayudando así a crear presión política sobre las naciones perseguidoras.

Educar- Además de orar y dar para ayudar a nuestros hermanos perseguidos, también podemos animar a otros a hacer lo mismo. Muchos cristianos no están al tanto del sufrimiento de sus hermanos alrededor del mundo debido en parte a que la prensa raramente reporta al respecto. Por eso es importante que nosotros les eduquemos acerca de la situación de la iglesia perseguida y que les recordemos de su responsabilidad para con su familia en Cristo. Después de todo, si nuestro hermano en la carne estuviese siendo perseguido, ¿no haríamos algo al respecto?

Es mi esperanza que después de leer esto comiences a orar con frecuencia por la iglesia perseguida (si es que no lo estás haciendo ya), que consideres el usar tus recursos financieros para ayudarles en su sufrimiento, y que animes a otros a hacer lo mismo. Un día, en el Cielo, cuando finalmente los veas cara a cara, te lo agradecerán, y quizás Jesús te recuerde que cuando lo hiciste “por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo [hiciste] por mí” (Mt 25:40, NVI).


Por: Miguel Canete
Vientos de Avivamiento